martes, 1 de noviembre de 2011

Palestina en la Unesco

Hace tiempo que perdí la esperanza de la pronta resolución del conflicto Palestino-Israelí. Quizás fue tras la muerte de Isaac Rabin. Por eso no me hago falsas ilusiones de que el paso dado ayer por la Unesco vaya a ser la antesala de un cambio en el estado de cosas. Se trata mas bien de una cuestión testimonial pero de enorme calado. Pone de manifiesto la opinión de una abrumadora mayoría de países del mundo que consideran que Palestina tiene derecho a ser reconocida como realidad nacional autónoma. Todo ello pese a las presiones de los Estados Unidos que ha movido su diplomacia para impedir este paso. Esa votación tiene mayor significación habida cuenta de que se produce como anticipo de lo que podría ser el reconocimiento de la asamblea general de Naciones Unidas. Haría bien Israel, cuya legitimidad radica en la votación que tuvo lugar en la ONU a mediados del siglo pasado, en darse cuenta de que sus argumentos no son convincentes para la mayoría de ciudadanos y países del Mundo. Pero no lo hará. El único que podría cambiar este estado de cosas sería EEUU. Israel necesita del apoyo practicamente incondicional que recibe de su poderoso aliado para subsistir como lo hace hoy. Esa alianza ya no tiene el carácter geo-estratégico que tuvo en su día. Pienso que es mas bien el resultado del poder de influencia que tiene el lobby judio en Estados Unidos.
Una influencia que hace difícil que Obama u otro presidente decida condicionar de forma contundente su apoyo a un cambio en la actitud de Israel hacia la resolución del conflicto. Sabido es que, pese a todos los discursos aparentemente altruistas, el eje de la política norteamericana es la defensa de sus intereses económicos. Por ello, un factor que podría cambiar el estado de cosas es que los gobiernos que puedan surgir de los procesos revolucionarios en los países del norte de Africa y Oriente Medio adopten una posición mas determinada en este tema. Egipto en particular, y Siria, si llega a consumarse el proceso de cambio de poder, serían los principales protagonistas. También Jordania donde parece que los procesos violentos de los países cercanos han activado una regeneración democrática. En resumen, se viven tiempos de cambio en esa zona del mundo y aun no sabemos bien que saldrá de todo ello. Aunque guardo un experimentado escepticismo hacia el futuro de la zona, existen elementos para mantener un hilo de esperanza hacia una solución diplomática de la situación.

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