jueves, 8 de diciembre de 2011

Reflexion personal

Normalmente cuando leo un articulo o un blog, me pregunto quien es el que escribe, cual es su filiación, cuales sus intereses. Hay un clientelismo instalado en la sociedad, en la que hay muchas voces pero pocas ideas. No me suele interesar mucho escuchar a un portavoz de un partido político pronunciarse. El patrón se repite una y otra vez: escasa crítica interna, descalificación hacia los rivales, ausencia de reflexión. No es difícil adivinar una consigna. Desgraciadamente, lo mismo pasa con los medios de comunicación. Mirando la carátula de un periódico ya sabes lo que te vas a encontrar. Rara vez se topa uno con artículos escritos por voces independientes y con planteamientos o ideas novedosas que se salgan del guión de lo esperado. A veces leo algunos textos para descubrir argumentos o análisis que me ayuden a conformar o contrastar mis opiniones.

Por todo lo anterior, no me extrañaría que un lector de este blog también se pregunte quien está detrás y cuales son los intereses. Así pues, quiero aclarar de donde vengo y que es lo que me ha traído hasta aquí.

Para empezar quiero dejar claro que no soy un damnificado por la crisis. Ni me han embargado la casa, ni he perdido el trabajo. Aunque me haya podido afectar, como a todos, indirectamente la crisis, me considero privilegiado en muchos aspectos por poder desarrollar un trabajo que me gusta y poder vivir de él holgadamente. Lo digo para poder derribar las tesis del resentimiento y la envidia. Con frecuencia uno ve que el objetivo de muchos de los que ocupan los escalones mas bajos de la pirámide social, es pasar a ocupar otros lugares por métodos expeditivos y milagreros: pillar el gordo de la lotería, por ejemplo. Hay otros muchos que han pasado de obreros a empresarios y, al cambiar sus intereses, han replicado la argumentación y los comportamientos de sus anteriores empleadores. Todo es muy comprensible y me abstendré de hacer una reprobación moral de esas actitudes. Pero si quiero dejar claro que esas personas no reniegan de la estructura social, sino del papel que ocupan en ella.

Esa misma dinámica es el gran sustento del modelo social y económico de nuestra sociedad. Como en "la vida es sueño" siempre hay otro por debajo de nosotros en la escala. En los países occidentales incluso los obreros menos cualificados están por encima de los inmigrantes sin papeles dispuestos a trabajar en las condiciones que sea y por lo que sea. Pero ellos a su vez ven con alivio la situación que han dejado atrás en sus países de origen. El escalón mas bajo es el que no tiene asegurado el sustento diario. Su objetivo: sobrevivir. Tarea mucho mas difícil aun si eres viejo o estás enfermo. No todos lo consiguen. Claro está que esa situación se da generalmente en lugares remotos.

La mayor parte de los ciudadanos nos dedicamos a nuestros asuntos intentando prosperar y/o asegurar un cierto nivel de vida para el presente y el futuro. Para muchos la situación no es tan mala. En general se puede acceder a los alimentos, disponer de un poco de dinero para tomar un café o una copa, comprarse un movil y una tele y ropa, que no solo nos cubre sino que nos identifica. Hay muchos también que se van de vacaciones, tienen un coche, una vivienda en propiedad, etc. Así que, después de todo, esta sociedad no está tan mal. El sistema se basa en el ciudadano-consumidor, que no solo proporciona la fuerza de trabajo sino que a su vez compra las cosas que producen otros. El sistema debe ser generoso para subsistir. Siempre tiene que haber gente que se vaya de vacaciones, que se compre un coche, un ordenador, o un móvil. ¿Que sería sino del negocio del ocio, y los fabricantes de productos de consumo? Así que, ¿de que preocuparse? Y además, ¿se puede hacer algo?

Todo lo anterior da argumentos para los que se limitan a vivir sus vidas, disfrutar de lo que tienen, dedicar sus esfuerzos a mejorar y olvidarse de quimeras quijotescas. Es comprensible. No soy tan permisivo con aquellos que han accedido a una educación superior y tienen elementos para descifrar la jerga de los economistas o de los políticos. Lo soy mucho menos con intelectuales, artistas o universitarios. Todo ese sector tiene objetivos personales asociados a su proyecto personal: desarrollar su obra, acceder a la fama, a veces el dinero, las subvenciones, los premios, la promoción, etc. Todo eso está muy bien, pero .... ¿Se puede ser un intelectual y no pronunciarse sobre lo que pasa hoy día a día? ¿Se puede ser historiador y no desgranar lo que acabará siendo la historia futura del tiempo presente? Lo mismo vale para científicos, economistas, sociólogos, filósofos, etc. En mi opinión la Universidad debería ser foro de debate, punto de encuentro y crisol de ideas. No lo es. Cada día se parece mas a un colegio para mayores. Es cierto que cada materia es muy absorbente, pero hay un deber social que también se debe atender.

Ese precisamente es mi punto de partida. Yo provengo de ese medio y siento esa necesidad.
Por estructura mental cuando leo una noticia en un periódico la miro en un contexto. Mentalmente juego a pasar la película de forma rápida en mi mente e imaginar que vendrá detrás y a donde conduce la escalera de la que ese es un peldaño. Recuerdo que de niño jugaba con mis hermanos a adivinar lo que sucedería después en una película que estábamos viendo. Por ejemplo, cuando había una india buena y una dulce rubia enamoradas del mismo vaquero
héroe. Al final la india moría, a lo mejor interponiéndose a la bala destinada al vaquero o la rubia. Todos reconocían lo buena y generosa que era, y el vaquero acababa casándose con la rubia. Que conste que por adivinar esto no te daban puntos, porque era "obvio". He seguido practicando ese juego con los acontecimientos reales. El fracaso final de la paridad peso-dolar en Argentina, la invasión de Irak y sus consecuencias o el pinchazo del boom inmobiliario en España también me parecían obvios. Me sorprendía que los analistas no lo vieran así. Pero ocurrió.

Ahora cuando veo las noticias de los periódicos no puede dejar de ver a donde conducen. He vivido en países donde las universidades son solo para los ricos, la medicina de calidad es solo para el que pueda pagarla y donde no se puede pasear por las calles por la delincuencia. Esto último es la consecuencia de las desigualdades extremas y la falta de solidaridad social. Pero, ¿no estamos en el camino? Hace poco se publicaron datos de desigualdad en el mundo. La dirección está clara: va en aumento. En Inglaterra las universidades empezaron siendo gratuitas y en un lento goteo de muchos gobiernos, este año se han subido las tasas a 9000 libras. Claro está, que con colegios públicos mal dotados serán pocos los estudiantes que accedan a ellas desde los escalones mas bajos de la sociedad. ¿Es esa la sociedad que queremos? Nos la van administrando en cómodos plazos, eso sí.

Si miro un poco mas a lo lejos aun me gusta menos. No creo que la crisis que vivimos sea la última ni la mas dura. Hay un problema en ciernes de alimentación, de escasez combustibles fósiles, de deterioro del medio ambiente. Aunque no nos disguste demasiado la situación actual, la deriva que se observa es cuando menos preocupante. ¿No merece un análisis? ¿Quien lo va a hacer? ¿Los gobiernos? ¿Los mercados? Mucho me temo que los mercados no tienen ese entre sus objetivos. Y de los gobiernos prefiero no hablar (ya lo he hecho antes). El que quiera que me tache de catastrofista y mire para otro lado. "Ya se arreglará. Son coyunturas". Ojalá, pero no creo que lo haga sin una gran dosis de sufrimiento por el camino. En mi opinión, la única formula operativa es que los ciudadanos seamos conscientes de la situación y actuemos en consonancia.

Esa es pues la principal motivación para llegar hasta aquí. Quiero aportar mi pequeña contribución en esa dirección. Mi objetivo no es tan solo el análisis de la situación, sino el de aportar elementos que considero importantes para una ulterior actuación ciudadana viable.

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