miércoles, 14 de marzo de 2012

Libia, Iran, Siria .... ¿que se debe hacer?

En el mundo existen muchos regímenes dictatoriales en los que los dirigentes campan por sus respectos y no se someten al imperio de la ley. El poder absoluto y la impunidad conduce a los desmanes, entre los cuales está la represión salvaje de los disidentes. Los límites de lo que es o no dictatorial y lo que es represión salvaje no son claros. Todos los regímenes justifican sus actuaciones con argumentos muy similares: los disidentes son agentes subversivos, terroristas y frecuentemente al servicio de potencias extranjeras. De esa forma el ciudadano ingenuo, ve con buenos ojos las actuaciones porque se presentan como esenciales para la protección de su propia seguridad. Por otro lado, la apelación a la injerencia extranjera azuza el "nefasto" sentimiento patrio y deslegitima las protestas internacionales como interesadas. Todo eso nos puede sonar a algo que también lo hemos visto en los llamados países democráticos. El discurso de George W. Bush y su gobierno para legitimar sus actuaciones nacionales e internacionales usaba parte de esos elementos. En todo caso, !Que sería del Mundo si no hubiera ciudadanos ingenuos! Es una tarea en la que todos podemos contribuir.

La política internacional debería conducir al aislamiento de los países mas brutales. Desgraciadamente, no son esos los parámetros que guían la política internacional de los países mas poderosos. Se apoya a los dictadores amigos y se denosta a los enemigos. Esta era la práctica habitual durante la guerra fría. De paso, los dictadores amigos abrían sus mercados o sus recursos a los poderes económicos de los países poderosos. La política internacional norteamericana de la guerra fría en el área centro- y sud-americana tuvo este corte. Curiosamente muchos ciudadanos norte-americanos bien-pensantes pero ingenuos aun no lo saben, y se tragaron el discurso hipócrita (mejor decir mentiroso) que apelaba a la democracia y la libertad como motor de sus actuaciones. Los medios de comunicación, por ingenuidad o complicidad (no se que es mas grave) se encargaron de hacer llegar el mensaje a los hogares.

Los tiempos han cambiado. Los halcones encuentran mas difícil justificar su juego geo-estratégico por la amenaza de una guerra mundial. Pero, la pregunta sobre cual es la política internacional correcta nos alcanza a todos los ciudadanos. Las cosas no están tan claras porque en algunos casos se tiene constancia de violaciones flagrantes de derechos humanos por parte de los estados dictatoriales contra sus propios ciudadanos. Muchos gobiernos, organizaciones y medios de comunicación defienden la intervención de carácter militar para proteger a los ciudadanos. Quede claro que yo rechazo el concepto de "bombardeo humanitario" o "guerra humanitaria". Reconozco que me quedé bastante solo en mi postura contraria, cuando dicho concepto se llevó a la práctica por parte de gobiernos "encarnados" o "rojillos". Me refiero a Bill Clinton, Felipe Gonzalez, etc en la famosa intervención en Kosovo, no amparada por las Naciones Unidas.

Hay otras formas mas suaves en los que se puede argumentar la justicia de la intervención internacional: crear zonas de exclusión área, pasillos humanitarios. Sinceramente, en esos casos me asaltan las dudas. Y no solo a mí, por lo que parece. Recientemente recibí un mensaje de la organización Avaaz a la que pertenezco que contenía una mini-encuesta relativa a estas cuestiones en referencia a Siria. Obviamente, la pregunta no es si me parece bien que haya zonas protegidas, y pasillos accesibles para el acceso a medicinas, víveres y evacuación de civiles, cosa que claramente sí. La pregunta estaba bien formulada, porque incluía la opción del uso de la fuerza militar para garantizar esas cuestiones. Y es pensando en esa parte, que he contestado que NO me parece bien.

El problema con Avaaz, como ya les dije en alguna ocasión (aunque no se si le llego a alguien), es que no hay un foro de debate. Te plantan una serie de iniciativas, que usualmente son firmas, y tu puedes sumarte o no hacerlo. También puedes proponer iniciativas tu. Echo de menos el debate e intercambio de opiniones. En este caso, la encuesta era tipo test y ni siquiera he podido explicar mis razones. Conclusión: he escrito este blog para desquitarme. A lo mejor les mando un link.

Así que me toca explicar porqué pienso que no. Quede claro que para empezar hay una cierta indefinición sobre cuales son los objetivos de los opositores al régimen. La idea de que se trata de ciudadanos que luchan por la implantación de la democracia creo que dista mucho de aplicarse a todos los casos. Si bien eso puede ajustarse a la revuelta de Túnez, no creo que sea el factor esencial en el caso de Libia o de Siria. Hay cuestiones étnicas, geográficas y religiosas que yacen en el origen del conflicto (también era el caso en Kosovo). Pese a ello, en casi todos estos casos está claro que la represión salvaje del régimen se produjo y afectó a civiles desarmados. Esto está ocurriendo en Siria en este momento. Quizás si no hubiera existido el precedente de Libia me habría sido mas difícil contestar a la pregunta de Avaaz. Pero la intervención de Libia, amparada en este caso por la ONU, me ha reforzado en mi postura contraria. Es público y notorio (salvo para los ingenuos o interesados) que la intervención en Libia ha ido mas allá de la garantía de protección de la población civil. Las fuerzas internacionales han actuado como unidades al servicio de los rebeldes y decantado el curso de la guerra en favor de éstos. Después, los argumentos humanitarios se han desvanecido cuando la venganza, el atropello y la violación de derechos humanos se ha instalado en el país. Los medios silencian esta situación. En la práctica, como pasó en el caso de Kosovo, la actuación internacional ha decantado la correlación de fuerzas en favor de unos. En el asunto kosovar, los gobiernos internacionales se apresuraron a reconocer al nuevo estado y con ello a tirar por tierra la supuesta justificación de la intervención. Está claro que ni Milosevich, ni Gaddafi eran personas gratas a occidente. Tampoco lo es Al Assad.

Desgraciadamente, estamos lejos de alcanzar un ideal en el que la política internacional se mueve en base a argumentos éticos y no a intereses. El camino inicial sería la creación de unas normas de obligado cumplimiento por parte de los gobiernos. Los países que firmaran el protocolo se someterían a las sanciones de los demás si lo violasen. Con el tiempo, cabe pensar que mas y mas países formarían parte de ese club, lo que contribuiría a identificar y aislar a los
regímenes dictatoriales. Quizás entonces se podría pensar en esa "policía internacional" a cuyo concepto parece que quieren adscribirse las fuerzas militares internacionales de intervención.


¿Y Iran? Esa es otra historia. Muy distinta. Ya hablé en otro blog. Y no será la última vez.

2 comentarios:

  1. tal cual. no creo que los gobiernos actuales tengan la grandeza de reconocer lo que está pasando y aplicar la ética para resolver los grandes conflictos. Debería crearse un organismo por encima de todos los gobiernos con la misión de estudiar la mejor solución desde la ética, y vigilar que se aplique. Los derechos humanos no van a existir mientras consintamos que todo esto ocurra.

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  2. Estoy de acuerdo. Sin presiones o ventajas es difícil que los gobiernos acepten auto-limitarse. Esos acuerdos existen en algunos casos, como "El tratado de no-proliferación de armas nucleares". También existe el "tribunal penal internacional", pero algunos gobiernos, y en particular EEUU, no reconoce su competencia. Cuando hablaba de protocolos estaba pensando en estos ejemplos aunque sin nombrarlos. El marco adecuado podria ser la ONU, pero ya hemos visto que muchos países actúan al margen de él.

    Para mí el camino del cambio está claro, aunque es difícil: un partido internacional que tome el poder en muchos países. El problema es que no se si existe y por donde hay que empezar.

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