domingo, 16 de noviembre de 2014

Carta Abierta a Podemos

Hace algún tiempo llegué a la conclusión de que la situación política exigía un cambio profundo. Una democracia en el que los políticos consideran que el voto con el que se les eligió es un cheque en blanco, al margen de la implementación del programa con el que se presentaron a las elecciones, no merece tal nombre. Con ese blindaje de cuestionable  legitimidad los gobiernos central y autonómico han hecho oídos sordos a la marea de protestas ciudadanas. Desgraciadamente el recurso al cambio de siglas, practicado reiteradamente  en el pasado, no es garantía de la regeneración necesaria.  Situaciones como el asunto de las tarjetas opacas y otros casos de corrupción demuestran como todos los partidos y organizaciones presentes se han dejado tentar por un cupo en el reparto del pastel. No es que todos los dirigentes y militantes de esos partidos sean corruptos, es que un sistema en el que la opinión pública es ignorada y la justicia inoperante, favorece esta situación.  ¿Cual es la solución? Parece claro que la ciudadanía, en la cual reside la soberanía, debe retomar el poder ya que sus representantes han usurpado la función por la cual fueron elegidos. ¿Como? Para mi está claro que la vía mas legítima, democrática y moderada  para cambiar el estado de cosas es ganar las elecciones.

Desde la convicción anterior, está claro que la irrupción de PODEMOS en el mapa político español es una esperanzadora noticia. Confieso que no fue la opción que yo voté. Mi voto fue al Partido X, surgido también del movimiento ciudadano aglutinado en el 15M. Sinceramente votar a una papeleta en la que aparece la foto de un dirigente me rechina y me repele. Hay otra diferencia que en mi opinión tiene mucho que ver con  el motivo de esta carta. Me parece que la filosofía programática del Partido X es mas integradora que la de PODEMOS. Pese a todo, creo que la irrupción de PODEMOS, que le otorga la visibilidad necesaria para poder ganar unas elecciones generales y autonómicas, es una buena noticia. La oportunidad es grande y las expectativas también y eso implica un alto grado de responsabilidad. Por eso, como un ciudadano más, me gustaría hacer llegar a sus dirigentes mis opiniones.

 Me congratula ver que tanto Pablo Iglesias como Iñigo Errejón son personas reflexivas y pausadas que tienen un discurso coherente que es raro encontrar en los políticos profesionales. Confieso que me admira que ante descalificaciones y ataques furibundos de políticos y periodistas hayan sido capaces de mantener la calma y responder con argumentos. En mi opinión, su respuesta hizo que las descalificaciones se volvieran en gran medida sobre los increpantes.  No obstante,  el grado de detalle de las propuestas de PODEMOS, que ya han dado argumentos a los críticos, es un arma peligrosa que puede volverse en su contra. En mi opinión PODEMOS debería presentarse  a las elecciones con un programa de mínimos de corte integrador.  Hay muchas razones por las cuales lo creo, que voy a intentar explicar. La primera de ellas es la de ganar. Tradicionalmente muchos partidos de la izquierda se han conformado con un papel testimonial. Pero sinceramente para conseguir el objetivo de regenerar la democracia es importante ganar. Por supuesto, que no a cualquier precio. Pero mi propuesta no implica renuncia a  los objetivos últimos, sino mas bien el  plantearse un objetivo parcial capaz de aglutinar  a mucha gente de diversa procedencia  en torno a un programa sencillo y cumplible. Por eso, cada vez que oigo propuestas muy específicas (limitar los sueldos máximos, eliminar  los colegios concertados, etc) me preocupa como si se tratara de un harakiri político de la formación. Incluso la propuesta de cambiar la constitución en temas estéticos y tan poco relevantes para el día a día como el paso de monarquía a república, me parece que puede actuar como  elemento disgregador y a la postre pernicioso. Por el contrario, con un programa limitado a temas en las que hay amplio consenso las posibilidades aumentan. Que quede claro que aunque sencillo y limitado, el programa puede ser profundamente revolucionario. Mas adelante mencionaré algunos posibles puntos de ese programa.

La segunda razón que apunta a la moderación en la definición de objetivos es  la de la necesidad de cumplir lo que se promete en el programa. La prudencia dicta que seamos moderados en nuestras propuestas si no disponemos de los datos necesarios para hacer propuestas con garantías. Pero la moderación no  debe ser  indefinición,  porque dejamos el terreno abonado  para que otros siembren miedos sobre lo que haremos en realidad. Yo entiendo que si PODEMOS ganase las elecciones debería limitarse a cumplir los objetivos prometidos y aprovechar para estudiar la situación en aras de elaborar 
propuestas viables de cara a las siguientes elecciones.  La gestión de la administración es un tema complejo. Se necesita la participación de los ciudadanos mas competentes en todos los aspectos de la gestión. Es una razón mas para  no espantar a esas personas con propuestas radicales que podrían no ser realizables o tener consecuencias indeseables.

Esa limitación de objetivos permite también tranquilizar a otros agentes externos sobre el alcance de las reformas. Desgraciadamente ahuyentar la inversión extranjera no es el método idóneo  de mejorar las condiciones de vida del país. La mejor manera de eliminar esos miedos sobredimensionados es con una especificación precisa de los objetivos a cumplir y eso es tanto mas fácil con una lista concreta y limitada.

Para terminar voy a especificar algunas propuestas que podrían figurar en ese programa mínimo por el que abogamos. Algunas (o todas) ya están en el programa de PODEMOS.

1) Reforma fiscal y lucha contra el fraude fiscal. Para conseguir lo segundo habría que reforzar los medios humanos y materiales que posee el estado en la lucha contra el fraude. La reforma fiscal podría ser necesaria y aquí habría que distinguir el uso de los beneficios rebajando la carga en todos los beneficios empresariales y personales que se reinvirtieran en  creación de empleo.
2) Refuerzo de los medios judiciales en la lucha contra la corrupción. Hay que dotar a la policía y los juzgados de los medios necesarios para investigar y llevar a término los procesos de esta naturaleza.
3) Ley de transparencia. Una ley que obligue al gobierno central y al de las comunidades autonomas a detallar las contrataciones de personal y servicios que se realicen. Acceso por internet a la informacion del desglose de gastos de las corporaciones y ministerios. Habria que seguir los modelos existentes en los  países mas transparentes y limpios. Los gastos realizados por  diputados y senadores  deberían ser  de acceso libre a los ciudadanos, algo que como se ha visto en el caso del Sr Monago no ocurre. Declaración obligada de patrimonio antes y despues de ostentar un cargo público.
4) Abrir una investigación sobre la crisis en España delimitando las responsabilidades de las partes. Esto incluye la conocida auditoría de la deuda. El análisis debería contar con profesionales de alto nivel que abordaran los distintos aspectos desde económicos hasta judiciales.
5) Liderar una corriente en  la Union europea que abandere una política económica que se centre mas en la redistribución de la riqueza que en los estimadores tradicionales que ignoran esta cuestión. 
6) Recuperación de los niveles del estado del bienestar perdidos en los últimos años con especial atención a la educación y la sanidad. Análisis de los problemas con los que se enfrentan estos sectores y las necesidades para recuperar y mejorar la calidad de estos servicios públicos. Auditoría de las privatizaciones de servicios llevadas a cabo por las corporaciones locales y autonómicas para estimar la eficiencia económica y los posibles tratos de favor en las adjudicaciones. 
7) Pacto de estado con los sectores empresariales estructurales semi-monopolisticos como son las empresas energéticas o de telefonía. Si se portan bien habrá negocio y si transgreden las normas serán sancionados. Protección del ciudadano mediante un mecanismo rápido y eficaz que evite los abusos de estas empresas.  Auditoría de los gastos reales (incluyendo salarios de altos directivos) inversiones, etc. Justificación pormenorizada de los precios persiguiendo las practicas de pacto entre empresas.
8) Protección de los sectores de la sociedad en riesgo de exclusión social.  Endurecimiento de las condiciones de desahucio. 


Hemos dejado fuera algunos aspectos que podrían incluirse pero que exigen una reforma constitucional.   




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