miércoles, 10 de junio de 2015

Donde estamos y a donde vamos

Hace mucho que no vierto mis opiniones por este medio. La razon es bien sencilla: falta de tiempo. Eso me ha llevado (como a muchos) al escueto exabrupto de twitter o el comentario algo menos sucinto en eldiario.es. Muchas cosas han pasado .... y buenas. Los españoles han dado un revolcón a los partidos hegemónicos en las urnas. Y esto ha pasado pese a contar el gobierno y el poder económico con la inmensa mayoría de los medios de comunicación y con la financiación directa o oculta de los que ven peligrar sus intereses.  El principal elemento propagandistico para los recien llegados ha sido el descaro con el que los gobernantes han ejercido el poder, esgrimiendo explicaciones con una argumentación  de bajo nivel intelectual y una práctica diaria donde el amiguismo y la corrupción (legal o ilegal) han campado a sus anchas por doquier y de forma tan burda que ha inundado los juzgados (Lo que se ve, por supuesto, es  solo la punta del iceberg). Pocos confian en nuestros  políticos profesionales, personajillos grises de oratoria penosa, repetidores incansables de consignas y trufados generosamente de quienes utilizan esa plataforma para enriquecerse. Seguro que los hay mas cautos, que simplemente ayudan a que se enriquezcan otros, esperando ser recompensados en su día con alguna puerta giratoría o jubilación blindada. Hay otros mucho menos ambiciosos que se conforman con ser políticos de profesión para juntar unas pesetillas que llevarse a  su casa. Para ellos, unas elecciones son como una oposición, de cuyo resultado depende en gran medida sus expectativas laborales de los próximos años. Las últimas elecciones fueron una verdadera escabechina. No es que diga que todos los políticos son así, pero en  esa Sodoma  no se salvan a Lot.  

Lo de la corrupción no es que sea algo nuevo. Entonces se pregunta uno, ¿porque se ha tardado tanto en llegar hasta aquí? Hay varios factores. Por un lado una parte de la  población tiene tendencía a ser conservadora. Hasta un mísero campesino con su cabrita tiene miedo a que se la quiten. El segundo problema es la falta de alternativa creible e ilusionante. La alternancia tantas veces practicada tiene ya muy poca credibilidad. Lo que podriamos llamar "bofetada Zapatero" pone fin al último reducto de esa linea. Ambos factores de estabilidad se han tambaleado en los últimos tiempos. La razón  es que a los de arriba "se les fué la mano". Es como el caso del burro al que  su dueño creía  haber acostumbrado a no comer, y luego va y se muere.  En este caso el poder económico internacional  y sus propagandistas desde Bruselas o Madrid se han pasado en su pretensión de que, amparados por una crisis,  pueden reducir a una población a la pobreza y la precariedad. Lo mismo ha pasado en Grecia, pero siguen   empeñados en llevarse por delante la misma idea de Europa y de la democracía (que tanto debe a Grecia) por cambiar el modelo de sociedad del bienestar. En fín, que al campesino se le murío la cabra. Por otro lado, ha habido un despertar de los movimientos sociales fundamentalmente liderados por jóvenes. Estos movimientos han cristalizado en alternativas electorales. Siempre creí que la mejor y única manera de vencer  al poder establecido es por medio de las urnas. Somos mas, para mí está claro. 

¿Que pasará ahora? Sin duda tendrá que haber pactos, y eso es bueno porque pone fín al descaro prepotente y obliga, al menos, al disimulo. Hace que alguna candidata a presidenta de comunidad te lance una sonrisa en vez de una carga policial. Entre el toque de atención y la proximidad de las elecciones generales nos esperan meses de dulcificación en las políticas, facturadas con cargo a futuros gobiernos. Me ha tocado ver como en mi municipio se han puesto las calles patas arriba para poder poner en el programa electoral que se cumplieron las promesas electorales anteriores. Ya veremos la deuda pública el año que viene como va. De todas formas en las próximas fechas el ojo va a estar mas bien puesto en "los nuevos". Tienen la ocasión de derribar el miedo al catastofismo y ganarse a los escépticos, pero tambíen pasan de la comoda situación de no tener un reprochable pasado, a la de sufrir el desgaste de las decisiones  políticas. Ciudadanos representa hoy por hoy la cara limpia del PP. Un ideario de corte conservador pero desprovisto de las manchas y el peso muerto de éste. Puede ser el plan B que el poder económico presenta para seguir defendiendo políticas de recortes, pero con cara amable y discurso mejor construido. No cabe duda de que salimos ganando. Por otro lado esta el experimento político de Podemos. Viene cargado con el aire transformador que, sin duda, necesita la democracia para serlo realmente. Tiene ante si muchos obstaculos, y no todos vienen de fuera. Le acechan los dos grandes enemigos de la izquierda que son el sectarismo y los personalismos. Cuando Podemos decidió dar el paso y convertirse en partido político, inicio una senda que puede acercarle peligrosamente  a los comportamientos narrados en el primer parrafo: la política como oficio. La euforia postelectoral y el sex appeal de salir en la foto, puede facilmente arrastrar a los dirigentes de Podemos a pensar que son sus ideas y posturas los que han concitado los votos. En mi opinion los votos, incluido el mio,  han sido  mas bien por exclusión. Ojala sus dirigentes entendieran ese papel instrumental. Muchos como yo creemos y queremos la victoria, porque solo ésta te permite poner en práctica las ideas de transformación de la sociedad. Pero gobernar es mucho mas difícil que  ganar unas elecciones. La gestión de los asuntos públicos es un asunto que requiere mucha preparación (para empezar, hay que cuadrar las cuentas). La sociedad civil española dispone de gente altamente cualificada y deberían ser ellos los que manejaran las tareas específicas de gobierno. El papel de los políticos es marcar el camino  y las prioridades, pero la ejecución es tarea compleja que debe estar en manos de los mas competentes para cada tema. Eso está en sintonía  con mi utópica idea de Podemos, como el vehiculo que lleva a la sociedad civil al poder. Habrá que ver si sus dirigentes comparten  esta idea. Por los gestos y declaraciones intuyo que Pablo Iglesias está mas cerca de esa linea de lo que estaba Monedero. No obstante, existe un alta componente de  incertidumbre que se acabará  despejar en los próximos meses. La primera premisa es que los pactos pre y postelectorales se basen  en la aceptación de un conjunto de objetivos compartidos y no en siglas ni caras. Aunque lleno de peligros, espero que la narración de este viaje tenga un final como en La Odisea.