lunes, 1 de diciembre de 2014

Razones para la esperanza

Vivimos un  momento convulso en la política española. El divorcio entre las instituciones y los ciudadanos es mas grande que nunca. La credibilidad de los políticos es mínima y es difícil encontrar una opinión de mayor consenso entre ciudadanos desde los conservadores hasta los mas revolucionarios que la de que la corrupción está instalada en nuestros partidos e instituciones. ¿Cual es mi valoración de ese sentimiento ciudadano? Positivo. Los ciudadanos no son tontos. A veces la evidencia ha de ser abrumadora para remover a los mas crédulos consumidores del discurso oficial. Ojo, la corrupción no es solo desviar dinero público hacia bolsillos particulares. También está el amiguismo, el tráfico de influencias, el servilismo hacia los poderes económicos nacionales o extranjeros, etc.    

Aunque muchos coinciden en el diagnóstico, el consenso no existe en cuanto  a que la situación de crisis tenga una valoración positiva. Conozco gente que mira con pavor el hecho de que la situación actual es un perfecto caldo de cultivo para los "populismos". Según el signo político, se busca la comparativa con Berlusconi o Chavez para avisar de los riesgos que conlleva el descrédito de los partidos tradicionales. Algunos incluso, alentados por muchos medios interesados, citan a "Podemos" como ejemplo de ese populismo que viene. Quiero creer que no es así. Mas bien creo que Podemos es un movimiento en formación. Si Podemos quiere poner voz a la ciudadanía debe ser a cambio de amortiguar ciertas ideas visionarias de algunos de sus dirigentes de bandera. Los ciudadanos queremos que pongan voz a nuestras ideas, no un partido mas que establece su política a espaldas de los ciudadanos. Ya lo manifeste en un blog anterior.

Pero tengo razones para la esperanza, y la principal de ellas es la madurez de la sociedad civil española. Estoy harto de ver día a día gente que hace su trabajo de forma sobresaliente. A todos los niveles, desde cocineros, camareros, administrativos, profesores, médicos, investigadores. Seguro que también entre los comerciantes y empresarios. Gobernar es una tarea mucho mas difícil que ganar unas elecciones. Para hacerlo bien, hay que buscar el concurso de la sociedad civil y para ello hay que apelar a esta. Los que saben como funciona la administración son los funcionarios y no los altos cargos. Desgraciadamente estos últimos han sido elegidos recientemente entre los políticos afines y con escasos méritos y conocimientos para desempeñar el liderazgo que se esperaría de sus cargos. Sí, usualmente son los peores y los que no están a la altura (véase la crisis del Ébola). Esta sociedad no se merece esos políticos.  

Así que espero que los líderes del movimiento ciudadano estén a la altura, desde la humildad y la responsabilidad. Yo desde mi posición de ciudadano  independiente escribo estos blogs esperando que mis opiniones ayuden a configurar un futuro esperanzador.